“MI MAYOR MOTIVACIÓN PARA TRIUNFAR ES QUE MI
ÁNGEL SE SIENTA EL PADRE MÁS ORGULLOSO” Natalia Delgado Arango
Observando por la
ventanilla del auto el extenso paisaje cafetero, Natalia recordaba los pasados domingos en que salía de paseo con su familia. La
expresión de su rostro formaba un hibrido entre la emoción de pasear después de
mucho tiempo y la tristeza que le causaba recordar los esplendidos viajes con su padre. Imaginaba
lo increíble que era cuando él conducía mientras hacía bromas que amenizaban el
trayecto. Natalia dejó de mirar por un
momento hacía afuera del auto y miró hacia adelante donde se encontraban su
madre y su hermana, luego giro la cabeza y observó a su tía, quién se
encontraba a su lado e inmediatamente sin producir palabra se comunicó con su
triste mirada y las lagrimas mutuas fueron inevitables.
Desde la muerte de su
padre, Omar, Natalia Delgado, ha tenido infinidades de momentos similares,
porque infinitos son también los recuerdos junto a él. Muchas veces esos
recuerdos le originan lágrimas de tristeza y otras tantas, de felicidad. Pero
lo que menos soporta son aquellos momentos de desesperación que se generan con
una simple película, fotografía o comentario,
que involucren muerte, dolor,
sufrimiento, hospitales o lo que se
convirtió en su mayor temor y lo más odiado por su corazón, el cáncer.
La responsabilidad y
la pasión por la música han caracterizado la personalidad de Natalia durante años.
Ella sabe lo orgulloso que se sentía su padre tanto de ella como de su hermana
mayor. Para él era emocionante escuchar a su hija menor entonar una canción en
su guitarra con aires de principiante u observar las excelentes calificaciones
de sus dos mujercitas plasmadas en el boletín escolar cada periodo. Natalia,
estudiante de IV semestre de comunicación social –periodismo, a sus 18 años, más que tener claro lo que
quiere, tiene claro lo que no quiere ser y eso se traduce a una decepción para
ese padre que se vanagloriaba tanto de sus hijas. “Mi mayor motivación para
triunfar es que mi ángel se sienta el padre más orgulloso” revela Natalia con
gran sentimiento.
Hace poco en la
universidad, Katherine pinzón, una compañera de Natalia le observo unas leves lágrimas
en sus ojos cuando el profesor de publicidad mostraba a la clase una imagen de
un enfermo hospitalizado. “Tal vez lucía
como su padre antes de morir, el enfermo de la imagen estaba muy delgado y
conectado a muchos aparatos” expresa Katherine. Por su parte Natalia declara que en ese momento llegaron todos los recuerdos del día más
triste y el peor de su vida. Ella describe¸ con odio y dolor en el corazón, los
últimos minutos de vida de su padre el 29 de Agosto del 2011. Mientras ella, su madre y su hermana sostenían a Omar
en el baño de la clínica, conectado a una maquina que le controlaba la droga y
los líquidos y con una máscara de oxigeno en su nariz, de un momento a otro sus
ojos comenzaron a voltearse y su cuerpo era cada vez más inestable, hasta que
en un baño de vomito nasal y bucal, él cae sobre los brazos de las tres mujeres
que más lo aman en el mundo.
A pesar de que Natalia
se siente muy identificada con su madre, quien ha sido siempre la encargada de
la toma de decisiones respecto a sus hijas, ella solía ser también muy apegada
a su padre. Lo considera el hombre más decente y generoso que ha conocido y
reitera su amor infinito por él.
Aunque Natalia lleva
un profundo dolor en su corazón y su vida dio un gran giro después de la
partida de aquel ser, ella intenta levantarse cada mañana pensando en qué hará
para nutrir de orgullo a su ángel, como ella lo llama. Con tranquilidad y una
sonrisa en su rostro, ella habla de su infortunio como una motivación para ser
mejor.´
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