Las capturas a compradores y
vendedores de votos no fueron suficientes para no considerar estas elecciones
como realizadas bajo la cohesión del dinero, es decir el comercio de votos. Sin
embargo, para el ministro de Defensa y el presidente ""Estas fueron las elecciones más seguras de
la historia"
Mediante la
observación en representación de la MOE y con la lectura de varias fuentes de
información después de las Elecciones al Congreso de la República 2014 pude extraer varias conclusiones:
En primer lugar, el voto
político de un ciudadano tiene un valor de 50 mil pesos. El procedimiento para
uno los fraudes frecuentes inicia sacando fotocopia de la cédula del votante, quien se presta para hacerlo. Luego se verifica que se encuentre inscrito para
votar y se le entregan 10 mil pesos. La persona vota por el candidato que había
pactado y toma una fotografía al tarjetón con su celular.
Al salir del puesto de
votación se reúne con el sujeto , perteneciente a determinado partido político, quien le vendió el voto y
este después de ver la fotografía le entrega los 40 mil restantes.
Por otra parte, los
resultados de las elecciones fueron claros pero no verídicos. En el
departamento, la relación de la
gobernadora Sandra Paola Hurtado con el partido Cambio Radical fue un éxito,
ubicando a dos candidatos de dicho partido como representantes a la Cámara por
el Quindío. Mientras la alianza de la Alcaldesa, Luz Piedad Valencia Franco con
el partido Liberal fue suficiente para posicionar al tercer representante a la
Cámara.
De esta forma, quienes
manejaban los votos eras los contratistas, es decir personas a quienes la
alcaldía o la gobernación dieron un contrato con la labor de adquirir un
concreto número de votos en el puesto
electoral asignado. De esta forma, los contratistas conseguían e inscribían a
las personas que votarían por el candidato señalado. Como si esto fuera poco, se conoció
como en los sectores populares de Armenia se pagaba el voto con bolsas de bazuco y de
mariguana.
Por otro lado, las
irregularidades en los puestos de votación fueron constantes. En el colegio
Cristóbal Colón sede Gran Colombia, ubicado en el barrio El Paraíso los
representantes de la mesa de justicia no se identificaban debidamente y no se
encontraban en su lugar. Además, en las mesas de votación ubicadas en los
salones se presento hacinamiento y no había suficiente señalización.
Igualmente, los jurados de votación no parecían estar debidamente capacitados,
ya que con tantos documentos de votación se enredaban y no tenían muy claro qué
función cumplía cada documento o formulario.
Adicionalmente, en los alrededores
del barrio se aprovechaban del desempleo y por unos pesos ofrecían un
"trabajo" haciéndolos llamar electoreros, como un gran cargo.
Realmente eran amas de casa y jóvenes en las esquinas, con camisetas verdes o
blancas. Muchos de ellos ni tenían idea que estaban vendiendo votos o
simplemente no les importaba, con tal de ganar unos cuantos pesos.
Todo parece ser tan evidente
y claro. Sin embargo, nadie aparentaba darse cuenta de tales irregularidades. Pues
lo partidos políticos tenían todo muy bien calculado. Contaban con los súper numerarios, quienes son contratados
por la Registraduría 20 días antes de las elecciones para, después de contados
los votos, llenen un formulario que se le entrega a otra persona para ser llevado a un centro
de computo .
Por otra parte, en el departamento del Quindío como en toda
Colombia, se presentó una de las abstenciones más grandes de la historia. Esto
proporciona una gran amenaza para la verdadera democracia, debido a que quienes
están eligiendo son una minoría, y la mayoría de ella está siendo comprada.
Cuando el domingo hice la
visita en nombre de la MOE, mucha gente decía, en muchas de las oportunidades,
como comentario jocoso que Atilano Giraldo se había gastado más de 4000
millones de pesos en su campaña para quedar en una curul en la Cámara de Representantes.
Si uno hace la cuenta, lo
que se gana un representante a la Cámara y lo multiplica por un año y a su vez
por cuatro años, no llega ni a los 1200 millones de pesos. Entonces por qué este servidor público
invierte 2848 millones más.
¿Por qué todos querrán llegar al Congreso sí la
mayoría saben que no van a recuperar la nutrida inversión?La mermelada debe dejar en
cada año demasiadas utilidades, en los contratos que entrega el presidente
Santos, se encuentra la respuesta. Hay un fenómeno que desde la presidencia
sigue el camino de la corrupción, por eso para un congresista es honorable
robar.
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